jueves, 7 de enero de 2010

Vacaciones: la vuelta.





Me dió tiempo a comer algo en la zona de embarque antes de subir al vión que me llevaría de vuelta a "casa". Por la cabeza me pasaban todos los momentos vividos durante esos diez días así como imágenes de lo que me esperaba al llegar a Karlstad. Imaginaba también a Clara y a Eric abrazándome e impacientes por contarme todo lo que habían hecho en su viaje a Tailandia con mi ex y su novio. Me los imaginé morenos.
Entre la comida y el embarque me dió tiempo también a sentrime muy solo.
Esta vez no hubieron retrasos ni pasajeros borrachos ni gigantes.
Me senté al lado de la dulzura personificada y entablamos conversación en español hasta la recogida de maletas. Esta vez no me importó no dormir.
A la salida del aeropuerto me esperaba mi amigo y compañero de piso Chris. Juntos recorreríamos en coche los 250 kilómetros que separan Gotemburgo de Karlstad. La temperatura era de -16 grados bajocero y el camino hasta llegar a "casa" era oscuro y lleno de nieve, mucha nieve.
Habría trabajado al día siguiente de no ser porque he agarrado la pirmera gripe del 2010. Es una de las fuertes y aún hoy me tiene débil y con garganta de lija.
El martes fué mi cumpleaños. 5 de enero. Justo dos años sin mi madre.
El mejor regalo fué que los niños se quedaron a dormir conmigo ese día y jugamos y reimos como nunca antes. En realidad ese fué el único regalo.
No me hacen ilusión los paquetes pero si los detalles, como por ejemplo las felicitaciones a través de facebook.
Estos días han sido de mucho frío aquí y apenas he salido de casa. Intento recuperarme antes del sábado para poder pasar la tarde con mis mejores amigos aquí, la idea es preparar alguna tapa y sentir que celebro mi cumpleaños con alguien. Jessica y Chris no faltarán.
Falta mucha gente importante para mí. Ojalá estuvierais aquí.
Ahora toca sobrevivir al invierno de la mejor forma posible. Ver a los niños crecer y esperar a la primavera, y al intermitente calor del verano sueco, esperar al próximo viaje a Alicante.
Tengo curiosidad por ver si alguien aquí será capaz de gustarme tanto que me quite de la cabeza volver a Alicante dentro de unos años. Esta la cosa muy negra. Me parece a mí que mi corazón esta bien blindado y ahí no puede llegar nadie ya. Ahora bien quien consiga atravesar la armadura de llevará a un buen tio. Un tío que ha pasado por lo suyo pero que sabe lo que quiere y puede dar.
En fin que las cosas aquí se ven de una manera y cuando estoy en Alicante las mismas cosas se ven de otra manera muy distinta. Asi voy rebotando entre dos vidas sin saber muy bien que me espera.
Todo el mundo a mi alrededor parece haber encontrado una pareja con quien compartir y con la que descargar y me alegra muchísimo el no darme por aludido ni experimentar pánico por muy solo que me pueda sentir a veces.
Esta ha sido mi vuelta de las vacaciones. Mi vuelta a Karlstad y mi vuelta al análisis.
Aquí el tiempo pasa más despacio.

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