jueves, 14 de mayo de 2009

Salamanca y su olor


Eso de que uno pertenece al sitio donde nació es un poco relativo y muy subjetivo. Imagino que uno mismo se identifica con aquel lugar en el cual, ha pasado mejores momentos y del que mejores recuerdos guarda. No hay porque quedarse con un sólo lugar a la hora de elegir procedencia. Este es mi caso.

A los diez años dejé Salamanca por Alicante. De salamanca guardo, pocos pero muy intensos recuerdos. Uno de ellos es su olor.

Alicante me dió muchas otras cosas. Ofrece otro clima y otro tipo de vida. Encontré buenos amigos. Conocí a la madre de mis hijos. Maduré muy pronto.
Después de haber recorrido el camino de la vida y haberme perdido unas cuantas veces en él, siento una gran alivio estando donde estoy. Menos perdido quizás.

Cierto es que es un sentimiento agridulce por no estar cerca de mis amigos. No creo que nadie tenga todo lo que quiere en su vida. Yo estoy lejos de ello. Tengo la cabeza puesta en tres ciudades y eso ocasiona algún que otro cambio en mi estado de ánimo. Pero ya está bien de ver el vaso medio vacío.
De momento vuelvo a sentir de nuevo ese olor que dejé atrás de pequeño.
Es un comienzo.
Sueño con traer a Clara y a Eric a Salamanca.