viernes, 30 de enero de 2009

A Cupido también le afecta la crisis y no le llega para flechas.

Es curioso como Telecinco es capaz de ofrecer en su programación una de cal y otra de arena. Nos emociona con el nuevo programa de "La Caja", con esos consejos terapéuticos tan bien formulados que la presentadora da a quellos que acceden al programa y exponen sus traumas. Aún puede pasar que busquen audiencia con los problemas ajenos si la intención es la de ayudar.
Por otro lado nos venden o intentan vender el programa de "Mujeres y hombres y viceversa" como la puerta de entrada al verdadero amor. Yo empezé a verlo cuando Efrén estaba de tronista. El famoso Efrén. Que chico no ha escuchado su verborrea y no ha pensado en querer ser como él. Un chico que siempre sabía lo que decir y salía airoso de cualquier crítica. Trataba a las mujeres como diosas sin intención alguna de herirlas y tenía encandilado a al sector femenino español. Y ese programa en el que por fín decidía con que chica se quedaría. ¿Cuantas telespectadoras, y algún que otro telespectador liberal, se pegaron a la pantalla gritando: "elígeme a míííí".?
Al final eligió a Soraya. Una chica que se definía a si misma como Campanilla. En fin, de locos...
Cuando todo el mundo envidiaba a la pareja perfecta, se destapa el escándalo. Efrén mientras participaba en el programa buscando al amor de su vida, mientras decenas de chicas sacaban las uñas por él y protagonizaban escenas de celos en el plató y se tiraban trapos sucios las unas a las otras, él estaba liado con una de las colaboradoras del programa. A la cual por supuesto también le había prometido amor.
Si el programa se hubiese llamado "Mujeres y hombres y poligamia" yo hubiese sido el primero en comprar la revista Hola con el reportaje de los tres tumbados en una cama redonda insinuando lo que podría venir después del reportaje y luciendo sus maravillosos pijamas con motivos de Walt Disney. Pero España no es tan moderan como otros países árabes y aquí la poligamia no está bien vista (por la mayoría de las mujeres españolas).

Quedaba demostrado que el tal Efrén le pegó una patada en los cojones al mismísimo Cupido y con Cupido no se juega.

Pues el programa lejos de perder audiencia, sigue hacia adelante y ahora es !Soraya! la que está de tronista y eso no es todo. Los chicos que se sientan para conquistarla no sabían que era ella la tronista. Pero que casualidad que a todos los chicos que estan allí sentados les encanta Soraya y quieren ser su media naranja. Hace un mes estaba enamorada de Efrén y ya se le ha pasado y está preparada para abrir su corazón otra vez.

Que locura de programa.

En fin, que los que tenemos la suerte de haber experimentado alguna vez lo que se siente al amar a alguien sabemos que eso no llega con un par de minicitas y una visita al zoo. Y lo peor que podemos hacer es dejar crecer ese cáncer llamado orgullo y dejar que infecte lo que tanto esfuerzo ha costado construir. Algunos queremos ir de duros y nos callamos lo que en su momento debimos decir.

¿Cuando sabe uno que ya no tiene remedio? ¿cuando sabemos que ya es tarde por que ya lo hemos intentado todo? ¿cuanto debemos esforzarnos i vemos que la otra persona no tiene interés en esforzarse por igual?

Y es eso lo que duele y jode. El perder a esa persona de la forma en la que la teníamos. El aceptar su cambio en su forma d eser. El no reconocerla.

El programa de "Hombres y mujeres y viceversa" vende. No hay porque mentir. Vende porque ilusiona.

Telecinco tiene una gran facilidad para vender demagogia utilizando la palabra "amor" y los guionistas del programa no tienen ni puta idea de lo que es. Y seguramente haya gente que lo compre. Seguro que la hay. Triste pero cierto. Y mientras tu te montas tus historias de amor en la cabeza viendo el programa, te cuelan anuncios por los que cobran una pasta. Que bonito es el amor y que gran negocio.



Por cierto, Antena 3 ha contratado a Efrén como presentador de televisión. Otra cadena que no tiene ni puta idea. Hubieran ganado mucho más contratándolo como actor.

Choque cultural.


He jugado al fútbol desde que tenía 10 años. Tengo ahora 31 así que son ya son 21 años de entrenamientos y partidos.
A la gran mayoría de mis amigos los he conocido a través del fútbol. Practicar deporte en equipo te une a tus compañeros. No recuerdo ni un entrenamiento en el que me lo haya pasado mal, siempre he tenido la suerte de estar en equipos en el que había un buen ambiente.
Siempre han habido risas en los entrenamientos y hay un millón de historias divertidas que contar. Siempre he sido de los que bromeaban en el vestuario y siempre procuré provocar risas y he tenido la suerte de conocer a buena gente bromista y divertida a los que hoy en día considero buenos amigos.

En Suecia también jugué al futbol. Lo hice en dos equipos, Hertzöga BK y Råtorp IK.
Cuando cambias de país los choques culturales son inevitables y a la hora de jugar al fútbol no iba a ser una excepción.
Me costó adaptarme al estilo de juego. Balón para arriba y todos a correr. Los partidos allí son mucho mas intensos así que aburrirte no te aburres.
Pero lo que más me llamó la atención fué el ambiente en los vestuarios. Hablan entre sí como si no quisiesen molestar a los demás. En la ducha no se pegan palmadas en el culo como todo futbolista español da y recibe de sus compañeros de equipo. Nadie mea en el champú del otro ni se esconden las toallas. Esas cosas unen a un equipo y luego eso se refleja en la clasificación.
Allí los vestuarios son para ducharse, cambiarse de ropa y poco más.
Cuando empecé a coger confianza con algunos de los compañeros del primer equipo en el que jugué y trás haber quedado con ellos para hacer otras cosas que no fuera jugar al fútbol, empecé a comportarme como yo lo hacía en España. Al fin y al cabo uno debe ser uno mismo siempre.
Diré que no tuve mucho éxito. En una de las ocasiones en las que estábamos duchándonos juntos hubo un momento en el que discutíamos un tema en voz alta. Eramos cuatro o cinco discutiendo sobre no recuerdo muy bien que. De repente me sentí como en casa y le dí una palmada en el culo a uno de mis compañeros. La discusión se detuvo en el acto. La palmada sonó como un latigazo y sólo se oía el agua de la ducha golpeando contra el suelo. ! Que silencio !
Las caras de mis compañeros suecos eran para haberlas fotografiado. Estoy seguro que en un acto reflejo apretaron carrillo contra carrillo como mecanismo de defensa. Sus ojos no podían abrirse más y fué una situación muy incómoda para todos. Sobre todo para aquél que recibió la palmada. La palma de mi manó estaba bien marcada sobre su nalga derecha y no le hizo mucha gracia a la hora de ponerse los vaqueros. Me dije a mi mismo: "esa ha sido de las buenas".
Durante un tiempo posterior a ese entrenamiento noté como se duchaban bien pegados a los azulejos. Quise explicarles que de donde yo vengo eso era normal, que siempre estamos de coña. Aún recuerdo esa anécdota y me río yo solo.
Algunos de ellos no tardaron en adoptar esta costumbre tan española e incluso a alguno de ellos le gustó demasiado y empezó a vestirse de forma rara, con colores chillones y adornos en el pelo.
No hay que tomárselo tan en serio, les dije yo.

Mentiroso, mentiroso.

Iván Ferreiro, eres un genio.

!Yo soy español, español, español...!


Ahora mismo, mientras escribo esto, estoy viendo por televisión calentar a Rafael Nadal y Fernando Verdasco. Se enfrentan en una de las semifinales del Open se Australia.
Antes de salir a la pista recorren un pasillo con las fotos de todos aquellos que alguna vez ganaron este torneo. Imagino que mientras recorren ese pasillo pensarán que quieren ver su propia foto colgada de esa pared.
Cuando salen a la pista la gente les aclama. Las cámaras enfocan al público y se ven varias banderas españolas, carteles en español y gorros con los colores de nuestra bandera. Sin duda el sentimiento más español que uno siente es cuando un deportista defiende deportívamente a nuestro país.
Hay muchos ejemplos deportivos que nos enorgullecen pero sin duda el más vivido y más esperado por los españoles fué la victoria de nuestra selección en la ültima Eurocopa. Cuando lograron esa victoria yo estaba aún viviendo en Suecia.
Una semana antes había estado de vacaciones en Alicante y tuve la suerte de vivir el partido entre España e Italia junto a mis amigos. Eran los cuartos de final, un partido a vida o muerte.
Era uno de esos partidos en los que te esperas lo peor, por tradición España suele perder esos partidos. Pero esta vez fue diferente. Hubo que llegar a la tanda de penaltis donde también por tradición jamás hemos tenido suerte. Pero ese día la historia del fútbol fue justa con nuestro país. Iker Casillas pasó ese día a ser héroe nacional y nos hizo saltar y gritar con cada uno de los penaltis parados. Cuando todo acabó y nos dimos cuenta de que habíamos pasado a semifinales estallamos de alegría. Por las calles de Alicante la gente lucía los colores de la selección, habían banderas por todos lados, los coches pitaban y de fondo se oía el ya clásico "Yo soy español, español, español..." Ese día se me ha quedado grabado para toda la vida y será una de las historias que cuente a Clara y Eric cuando sean mayores.
Ya de vuelta en Suecia, Españo venció a Rusia en semifinales y jugó la final contra Alemania. Tuve una rara sensación. Una mezcla de alegria y rabia por no poder estar en España y ver ese partido rodeado de españoles, de mis amigos...
España ganó la final. Cuando Torres marcó el gol grité como nunca antes lo había hecho. Cuando me calmé me senté en el sofá e imaginé a mi país alterado, con los puños cerrados, nerviosos, orgullosos... Era algo histórico y yo estaba a miles de kilómetros de esa celebración.
Esa será una espina que tendré clavada para siempre.