miércoles, 28 de enero de 2009
Una lección de fuerza.
Ayer Telecinco presentaba el programa "La Caja". Lo hacía a las doce y media de la noche y allí estaba yo sentado en el sofá, atraído por la curiosidad que los anuncios emitidos sobre dicho programa me causó. La sintonía del programa engancha. Es una melodía sin duda bien estudiada y transmite una mezcla de calma e intriga que hace que no te la saques de la cabeza.
Mi plan era simplemente satisfacer mi curiosidad y ver de que trataba el programa y después irme a dormir porque había estado bostezando durante un buen tiempo esperando a que el programa empezase.
Participan tres personas en cada programa. Cada uno de ellos expone un trauma que les oprime y no les deja tener una vida llevadera. Lo hacen por separado, sentados en una silla giratoria en el interior de una gran "caja" de paredes altas que sirven de pantallas gigantes por las que van pasando imágenes relacionadas con el trauma de cada uno de ellos. Una voz femenina les ofrece terapia y con la ayuda de las imágenes que se muestran en el interior de esa caja les intenta ayudar a superar ese trauma.
El relato del primer participante no me dejó despegarme del sofá. Me impacto muchísimo.
Era un hombre de unos cincuenta años de edad. La voz femenina le saludó y le invitó a exponer su historia. En ese mismo instante las lágrimas empezaron a caer una detrás de otra y aún así no le tembló la voz al contar que perdió a su hija, hijo, nieto y nuera en el accidente de Spanair ocurrido en Barajas el pasado agosto.
Ese hombre estaba ahí sentado, rodeado de imágenes de sus familiares muertos, de fotos que recordaban los buenos momentos vividos con ellos y contándonos que sacaría fuerzas de donde fuese para seguir adelante junto a su mujer.
Me dió toda una lección de fuerza y me hizo sentir vergüenza por aquellas veces en las que me vine abajo por problemas que tienen solución.
¿Cómo explicarle que su gente ya no puede estar con él porque alguien no hizo bien su trabajo?
Es aterrador cómo la vida puede dar esos giros sin avisar. No podemos prepararnos para este tipo de cosas.
Que rabia y que impotencia el querer abrazar a alguien y no poder porque ya no existe. Que rabia no poder despedirse.
Cierto es que no se puede vivir intentando protegerse de este tipo de cosas porque no se pueden predecir. La vida es para vivirla y disfrutarla cada día porque sólo tenemos una. Pero una cosa está clara. Más vale un abrazo tarde que uno que jamás puedas dar.
Para mí este hombre me aporta más que aquellos que marcan golazos o pegan patadas en una película de moda.
Pregúntate a tí mismo a que clase de héroes idolatras tú.
La caja de Telecinco
Ayer Telecinco presentó un programa llamado "La Caja". A las doce y media de la noche estaba yo sentado en el sofá preso por la curiosidad que los anuncios emitidos sobre dicho programa me hicieron sentir. La sintonía del programa está claramente estudiada y es un tipo de música que provoca una mezcla de paz e intriga al escucharla. El programa ofrece terapia psicológica a gente que sufre un tipo de trauma que no les supone una carga para poder tener una vida llevadera. El escenario es una gran caja de paredes altas y que sirven de pantallas gigantes en las que se proyectan imágenes que tienen que ver esos traumas que han hecho a los participantes a acudir a dicho programa. El participante se sienta en el centro de esa caja en una silla giratoria y a su alrededor giran tres camaras que captan cualquier gesto que haga.
En cada programa particpan tres personas que exponen todo tipo de traumas y problemas y ayer pensé ver splamente un poco del programa para ver de que trataba y después irme a dormir pero no pude levantarme del sofá hasta que el programa no acabó. Y es que el relato de la primera persona me estremeció.
Se llamaba Javier como yo
En cada programa particpan tres personas que exponen todo tipo de traumas y problemas y ayer pensé ver splamente un poco del programa para ver de que trataba y después irme a dormir pero no pude levantarme del sofá hasta que el programa no acabó. Y es que el relato de la primera persona me estremeció.
Se llamaba Javier como yo
Uno de mis temas favoritos.
En cuanto escuché esta canción en la radio sentí la necesidad de comprar el dico entero y os aseguro que lo escuché ininterrumpidamente durante semanas. Desde entonces Hooverphonic es sin duda uno de mis grupos preferidos.
Os dejo con "Mad about you"
Os dejo con "Mad about you"
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