martes, 3 de marzo de 2009

El amor no está de moda.


No hago más que coincidir con viejos amigos que se acaban de separar después de haberse casado o haber estado muchos años juntos con su pareja. En la última semana tres casos. Malos tiempos para el amor.
Cada uno se lo toma cómo puede o quiere pero en cualquier caso hay que superarlo de una forma u otra.
Cuando uno rompe una relación se vuelve más exigente y ese proceso de volver a conocer a alguien, averiguar sus defectos y sus virtudes, da mucha pereza. Pero que mucha pereza.
El amor ya no está de moda y es una putada porque hay modas que duran y la hipoteca es más jodido pagarla uno solo. No hay mayor tortura que ser propietario de algo junto a tu pareja. Sobre todo cuando ellas suelen ser mejores a la hora de dividir y a nosotros, que nos dormíamos en las clases de matemáticas, no nos salen las cuentas.
El amor debería demostrase sobre un contrato y ante notario. Guardar todos los recibos de todo aquello que se compra en pareja y meterlo todo ello en una caja negra. Y cuando se cansan el uno del otro se saca la calculadora y se destapa la caja negra. Y donde antes había amor ahora hay sumas y restas y redondeos.
Y es que el amor es una inversión, de tiempo y de dinero, y al final por lo único que se discute no es por quién amo más que quien si no quien compró más que quien y quien se queda con la televisión de plasma de 40 pulgadas.
La vida sigue y no espera a nadie.
Se corre el riesgo de coger alergia al hecho de tener novia y se manifiesta con síntomas como párpadeos muy continuados, ceguera transitoria, sumisión, poca relación con los amigos, vida sexual frustrada, etc.
Y ni siquiera consultamos a nuestros farmacéutocos en caso de duda. No.
No vemos los síntomas y enfermamos.
Y el allien que toda novia lleva dentro empieza poco a poco a hacerse fuerte y se manifiesta al cabo de unos años transformando completamente a aquella chica de la que nos enamoramos.
Y esa inversión resulta ser una estafa.

A nosotros nos gustan las películas de acción porque nos encantaría estar fuertes y saltar sobre el ala de un avión, como Bruce Willis en Jungla de Cristal 4, para salvar al mundo mundial. Pero no se ven a muchos hombres en el aeropueto del Altet saltándose el control de seguridad para subirse al ala de algun avión de Ryanair. Al gimnasio si que vamos por si acaso Jean Claude Van Damme nos mira mal por ahí de marcha y hay que darle un izquierda derecha. Sabemos lo que es ficción.
Las mujeres adoran las películas de amor y quieren ser la protagonista de la película y encontrar a un hombre sincero bueno que las comprenda. Si se gastan todo el dinero en zapatos, si les duele la cabeza justo cuando se tapan con la manta, si no dejan a su pareja quedar con los amigos, si se quejan porque hay pelos en el baño pero está todo el lavabo manchado de maquillaje, si se quejan de que pinchas cuando las besas pero ellas se depilan una vez cada dos meses..... da igual porque ellas tiene al hombre perfecto de la película. Que nunca se queja y siempre les regala flores mientras suena una música romántica de fondo.
Ficción señoras. Eso se llama ficción.

Que cosas... en la vida real es una cosa que es cosa de dos para que la cosa funcione, ¿que cosa eh?
Esto es como un negocio con dos socios, o curran los dos igual o se cierra el chiringuito.

(Espero no quedarme sin amigas. Esto es una crítica en tono de humor en honor a un amigo que se siente decepcionado y con razón. Ánimo maquina.)