lunes, 2 de febrero de 2009

Buen rollo con Pereza.

Cuando una canción tiene el poder de cambiar un estado de ánimo, la guardamos como un comodín que utilizamos cuando queremos aislarnos de un problema.
Aquí os dejo con dos de mis comodines favoritos.
Que disfruteis.




Sangre de mi sangre II


El hemano pequeño de Clara se llama Eric y es un "payasito" divertido y dulce.
El parto de Eric fue rápido pero complicado.Ver a una de las enfermeras sobre la barriga de una mujer dando a luz, empujando para que el niño salga no es una imágen muy tranquilizadora para un padre que presencia el parto. Eric nació bien y es igual de sano que su hermana.
Es un niño de movimientos enérgicos y el simple hecho de verle corre es motivo de risas por la gran rapidez con la que mueve las piernas. Es valiente a la hora de probar cosas y es raro que el día acabe sin presenciar una de sus múltiples acciones peligrosas, como una escalada imposible o una maniobra con la bicicleta.
Es un niño curioso y lo demuestra su incansable aficción por preguntar sobre todo aquello que le plantee una duda. Se podría decir que es un niño travieso de esos, que por su imaginación, cuesta adoptar una postura seria cuando se le riñe y una inevitable carcajada interrumpe esa riña. Defecto paterno que tengo que corregir.
Tuvo la mala suerte de romperse un brazo en la guardería cuando jugando, uno de sus compañeros cayó sobre él. Le operaron para ponerle dos clavos y cuando yo le vi tumbado en esa cama enorme de hospital totalmente ido por los efectos de la anestesia, se me encogió el corazón. Me di cuenta de lo frágil que es un niño y me sentí mal conmigo mismo por no poder haber estado allí y haberle protegido para que no se hubiese fracturado el brazito. Tuvo que llevar la escayola durante cinco semanas. Jamás le oí quejarse ni una sola vez.


Algo que llama mucho la atención al ver a Eric es su enorme mata de pelo rizado. La mayoría de la gente se sienten tentados de tocarle el pelo, cosa que a Eric no le hace mucha gracia y a lo que afortunádamente no responde con una patada en la espinilla. Yo le llamo cariñosamente "caracoles".
Te quiero "caracoles"


Eric forma junto a Clara una pareja de niños cariñosos y siempre con la sonrisa en la boca. Son dos niños con mucha "chispa" con los que la diversión está asegurada.
Y tengo la gran suerte de que son mis hijos.
Tengo la gran suerte de ser su padre.