Salí de casa para ir a la bibloteca del pueblo donde vivo. Santa Marta es pequeño y lógicamente su biblioteca también lo es. Después de ojear los periódicos, he rebuscado en la estantería con el cartel de "novelas". No sabía muy bien que buscar ni que encontraría. Unos minutos después me encontré sentado, con el codo izquierdo sobre la mesa y mi cara apoyada, en postura cómoda, sobre el puño del mismo brazo.
"Once minutos" de Paulho Coelho. Ese es el título bajo el que se esconden las páginas que me hicieron perder la noción del tiempo. Aún no lo he acabado y me muero por seguir leyéndolo. Me averguenza el hecho de que , por pereza, no haya leído más antes.
A medida que leía el libro, me empapaba del significado de cada una de las frases. Una de ellas me encogió el corazón por no esperarla y por su gran certeza: [...] el amor está más asociado a la ausencia que a la presencia de la persona [...].
LLevo unas semanas temiendo la llegada de una fecha en concreto. El 28 de Mayo, día en el que Eric cumple 6 años.
Es este jueves y yo no estaré allí para darle un abrazo y comérmelo a besos. Él y Clara son mi ausencia.
Para más inri, al llegar a casa, mi tía me recibe con una carta en la mano. En el sobre, mi antigua dirección en Suecia escrita con mi letra.Dejó de resultarme una situación extraña cuando me di cuenta de que esa carta la escribí yo hace una semana y me había sido devuelta por falta de sellos. Sesenta céntimos faltan y serán detonantes de reproches y discusiones a través de teléfono. Sentimiento de rabia y frustración.
En es carta iba la felicitación de Eric por su cumpleaños.
Me lo imagino soplando las velas delante de amigos, familiares y algún indeseable que injústamente forma parte de su vida. Me lo imagino tímido cuando todos lo observen y hará el "payasito" para arrancar las risas de sus pequeños amigos.
Las decisiones, sean del tipo que sean, traen consecuencias.
Hay consecuencias que ahogan.
Sacudo la tristeza con conversaciones y buenos pensamientos. Vivo de ilusiones, de planes futuros, de la curiosidad que me provoca que puede haber trás un nombre y una mirada. Cualquier ocupación es buena, para no derrumbarme y encabronarme por antiguas decepciones.
Estoy cerca de volver a rodar y ahora más que nunca estoy cerca de mis amigos aunque geográficamente estén lejos.
A esa frase de Coelho me refiero. Cuando las personas queridas están lejs es cuando descubres cuanto las quieres: mis hijos, a los amigos que se preocupan y que sin ellos habría estado perdidísimo y a parte de mi familia. Que alivio poder contar con vosotros.
Hay conocidos que ya tiene mi amistad ganada y recibirán igual trato por mi parte.
Decepciones muchas, pero no tienen tanta importancia como para escribir sobre ello aquí.
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