jueves, 19 de febrero de 2009

Lágrimas por los pelos

Que buen día hace hoy. Dos días seguidos ya sin nubes y con todo el azul del cielo sobre el caborro. Que bueno es el sol para el estado de ánimo. No hay que volverse loco y empezar a sacar los pantalones cortos del armario que aún queda invierno.

Mientras escribo tengo puesta La Sexta y estoy viendo un pragrama de cocina. "Cocina con Bruno Oteiza". Estos cocineros que salen en la tele son una mezcla entre cocineros, humoristas y cantantes frustrados. A Bruno le ha dado hoy por cantar "Porrompompero" una y otra vez y me están entrando ganas de ir al plató apagarle el fuego y pegarle una patada en la espinilla. Lo que le he visto preparar no tenía mala pinta la verdad. Tostada de pan con queso fundido, avellanas y dulce de membrillo. Me sigue apeteciendo ir a plató, apagarle el fuego, pegarle una patada en la espinilla y pegarle un bocado a la tostada.
Es que me da por comer para combatir el aburrimiento. Tengo la suerte de pode comer lo que quiera sin tener que comprar vaqueros nuevos. Aunque si que es verdad que últimamente me he dado cuenta de que marco más culo.
No sólo me gusta comer, también me gusta cocinar lo que como. Fregar no es algo que me excite demasiado por eso el lavavajillas es sin duda mi electrodoméstico preferido. Es como una caja mágica.
Hablando de electrodomésticos y aparatos eléctricos, hay de todo y para todo. Hay marcas buenas y marcas menos buenas. Yo tuve una experiencia con un "quita pelos del interior de la nariz" que no fué muy agradable. No sé como se llama exáctamente pero deberían de usarlo en Guantánamo y verás como cantan donde está Bin Laden. Te dan hasta el número de teléfono y el messenger de Bin.
He de decir que el aparato en cuestión no era de los más caros en su especie, pero pensé que para quitarte los pelos de la nariz no hacía falta un super aparato ultra arrancador de pelos. Total que me meto la maquinita en el orificio nasal y allí estaba yo delante del espejo con cara de coqueto cuando al darle al botoncito de los cojones sentí un escalofrío que empezó en la punta de la nariz y me recorrió todo el cuerpo hasta llegar a los dedos de los pies.
Todo esto ocurría mientras yo me miraba en el espejo. No fué una imagen bonita. Puse cara de ir en la montaña rusa y abrí los ojos tanto que hubiera podido usar lentillas tan grandes como las tapaderas de un bote de Nesquick.
!Que dolor!
Pregunta: ¿prueban lo que fabrican? ¿quien lo prueba? ¿un exlegionario? Porque hay que tener resistencia al dolor para aguantar ese dolor y decirle al dueño de la fábrica que eso se va a vender de puta madre. Que utilicen a gente normal con sus gritos de Boris Izaguirre y sus lagrimitas cayendo por la mejilla por el dolor. No se gente normal con reacciones normales.
Ahora en la tele anuncian un aparato que arranca el pelo del bigotillo sin dolor. Las modelos que aparecen en el anuncio salen con unos pelos negros de un centímetro de largo. Y digo yo, ¿sólo les crece uno? ¿o se depilan el resto de bel bigote y dejan que crezca sólo uno?. Me hace sospechar de un montaje. Sobre todo al ver como sonríen al quitarse el pelo. !Mentira! Duele y mucho.
Yo podría ir a atracar un banco con ese aparatito y me llevaría hasta las macetas. Si viene la policía cojo a un viejecito como rehén y amenazo con arrancarle los pelos de la oreja y seguro que me traen un helicóptero para escapar.
Que prueben lo que fabrican.
!Sinvergüenzas!.